Reconozco haberme preocupado muy poco por mi salud, mi hombro y mi espalda. Seguramente porque nunca pensé que tendría problemas físicos serios, ni quería plantearme si definitivamente podría dejar de hacer lo mas que me gusta. Mi manera de entender la vida tuvo siempre mucho que ver con mi indiferencia frente al riesgo de quedarme sin movilidad en la parte derecha. 

Le he exigido a mi cuerpo esfuerzos que no le habría pedido a nadie , y soporté por eso fatigas a las que me sobrepuse gracias a creer que el dolor es fruto del placer y que al tiempo por el esfuerzo sanaría... que estupidez. Estaba equivocado... pero de pequeño me parecía todo solo un mal momento que se iría con el tiempo.  Por eso no me importó en absoluto olvidarme del dolor, desatendiéndolo y un poco olvidándolo acostándome a dormir aunque parezca mentira. Admito haber vivido al margen de lo que me podría haber pasado en el futuro.

 Algo me decía en aquel momento de agosto, que tenía algo mas grave de lo común y en unos segundo volví la vista atrás y sentí nostalgia por todo esos momentos en los que me deje llevar por la estupidez y el miedo! 

Ahora mi vida no es aquella, ni soy yo el de entonces.Pero aún creo que hice bien y que estaba en lo cierto cuando pensaba que la cabeza manejaba el dolor y afrontaba como me sentía... puesto que ahora me pasa lo contrario. Quizás todo lo que me están haciendo me esta mejorando, pero mi cabeza y mi conciencia es algo mas poderosa y se esta rindiendo. Quizás el fuego, que era el combustible de mi cuerpo, se esta extinguiendo porque ya consumí todo la leña.