En uno de los peores momentos de mi vida!

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Legue sobre las 14 horas del día 21 de septiembre a mi casa después de dos horas del hospital.  Me lancé sobre mi cama, con los ojos llenos de lágrimas y diciéndome “Este es el peor momento de mi vida”. Ahora, después de 5 horas, creo que aquella frase sentenció el fin de una etapa, y lo veo diferente
Cuando llegue al hospital pensé en una resonancia típica, pero no fue así. Sin embargo, en aquel momento me di cuenta que no era así.  Quizás por los papeles que me hicieron firmar o simplemente por  las molestias o la atención del doctor y médicos que estaban solo en la sala para mí. 
Me sentía por primera vez de mi vida con un miedo que no podía aguantar.   
Me temblaban las manos y observaba todo con una cara de no dominar la situación. Por poco no me di media vuelta para volver a casa, aunque interiormente sabía que no podía hacerlo. Pensé en ese momento en los que me encontraba horas antes con el  Cachito, en que recuerdo que me dijo si me acompañaba al hospital y me esperaba a que saliera. Pensé que no era para tanto y por eso le dije que se fuera para al sur. Entre en un pequeño laboratorio donde tuve una reunión con el doctor antes de empezar la prueba. 
Me explico que tenían que dormirme todo el hombro para pincharme una especie de líquido que ayudaría a sacar la resonancia básicamente. Y que me iba a doler!
Para ser perfectamente hecho tal pinchazo me sacaban fotos, tipo radiografía, de acuerdo a cada centímetro que me la introducían para no haber fallos. A todo esto, como podía ver como lo hacían  por la posición en la que estaba, me ponían algodón lleno de alcohol para que suspiraba fuerte debajo de la nariz. No supe para que era hasta que salí (para mantenerme despierto y no desmallarme).
El pinchazo fue entre los dos huesos del hombro y cuando pensé que todo iba acabar, me di cuenta que eso solo era un tubo para introducir las agujas dentro de él y de esa manera soltar el líquido de una manera más rígida en las zonas estipuladas por el médico. Pero realmente lo doloroso fue, cuando, por medio de la aguja empezó a separar y dar en el punto exacto. Nunca me había encontrado en semejante situación y doliéndome  tanto.
La lección es claro me decía el médico. No hay que rendirse jamás (en todo caso, adaptarse), hay que valorar lo que se tiene  y mantenerte siempre positivo me dijo. No sabía si llorar y hundirme, la verdad que ... no estaba preparado para esto.  La verdad que no! 

Ahora me duele pero aun así tenía que escribirlo, Quizás no pueda escribir en varios días!