Tengo la sensación de perder el tiempo

by

 
Para entender el valor de un año,
pregúntale a algún estudiante que perdió el año de estudios.
Para entender el valor de un mes,
pregúntale a una madre que alumbró a un bebe prematuro.
Para entender el valor de una semana,
pregúntale al formador de un semanario.
Para entender el valor de una hora,
pregúntales a los amantes que esperan a encontrarse.
Para entender el valor de un minuto,
pregúntale a una persona que perdió el tren.
Para entender el valor de un segundo,
pregúntale a una persona que con sus reflejos evitó un accidente.
Para entender el valor de una milésima de segundo,
pregúntale a la persona que ganó una medalla de plata en las Olimpiadas. (*)
.
Solemos ser muy críticos a la hora de valorar como los demás utilizan su tiempo. ¿Quién no ha pensado alguna vez que su hijo, su pareja, su colaborador o su compañero de trabajo estaban perdiendo el tiempo? Nos desconcierta, enoja o entristece como los demás utilizan (o pierden) el tiempo. También nos sorprende cuando nos dicen que ciertas cosas que son importantes para nosotros, para otros son motivo de aburrimiento o directamente lo consideran una pérdida de tiempo. Pero la reflexión que hoy os propongo es la siguiente: ¿Alguna vez tienes la sensación de estar perdiendo el tiempo?
 
La capacidad de gestionar bien el tiempo es una habilidad que las organizaciones valoran cada vez más en sus colaboradores y es un factor determinante que pone de manifiesto nuestra inteligencia emocional.
Cuando somos personas polivalentes, eficaces y eficientes aumentamos nuestra productividad, satisfacción y autoestima.  Sin embargo alcanzar este nivel no es sencillo ya que ciertos factores internos pueden sabotear nuestras decisiones: una actitud negativa; creencias limitadoras; desconexión con nuestros valores; emociones como  el miedo a equivocarnos, a cambiar;  estados de ánimo depresores; falta de sentido en aquello que tenemos que emprender; distracciones que rebajan nuestro nivel de ansiedad, cansancio, no saber decir “no”… múltiples pueden ser las causas. El primer paso para conseguir que el tiempo sea nuestro aliado consiste en reflexionar sobre cuales son nuestros roles en la vida y qué objetivos darán sentido a esos roles. El siguiente es analizar las acciones concretas que nos permitirán lograr esos objetivos y decidir como planificar las prioridades por orden de importancia en el conjunto global de nuestras vidas.

Es frustrante tener la sensación de perder el tiempo y más si creemos que nos lo hacen perder los demás, esperando que acaben, que lleguen, que cumplan lo que han dicho… jugar con el tiempo de los demás es una falta de respeto enorme. Cuantas veces se detiene una reunión porque el otro ha de contestar al móvil, atender a alguien, terminar un asunto…sin tener la sensibilidad de respetar al otro…como si le dijéramos “mi tiempo es más importante que el tuyo”, cuantas veces no hemos hecho esperar a alguien, creyendo realmente que “lo nuestro es más importante”, concientemente o no podemos caer en este abuso de poder.

La posibilidad de escoger lo que hacemos con nuestro tiempo nos da la sensación de libertad y de independencia. Si las actividades que realizamos (pensar, sentir, hablar, hacer…) están orientadas hacia un objetivo que nos llena aportamos sentido a nuestras vidas. El problema surge cuando en lugar de vivir plenamente nuestro tiempo tenemos la sensación de que lo estamos “consumiendo”, lo “malgastamos” o creemos que nos lo están “quitando”.

Nuestro tiempo es nuestra vida y
cuando malgastamos el tiempo malgastamos nuestra vida
 
 ¿En que malgastas tu tiempo? No siempre perdemos el tiempo realizando tareas inútiles o “sin hacer nada”, en algunas ocasiones a pesar de seguir haciendo ciertas tareas que desde fuera puedan dar una sensación de que estamos activos nos quedamos “enganchados” a ciertas sensaciones, sentimientos, recuerdos o emociones que son un lastre y que no nos permiten vivir plenamente el presente, como la culpa, el resentimiento, el enojo, o la frustración; en otras ocasiones nos cuesta concentrarnos y tomar la decisión que incline la balanza hacia lo importante porque nos sentimos inseguros y lo vamos postergando, por miedo a enfrentarnos a una tarea nueva o porque nos genera cierta ansiedad el cambio de actividad o de rol.

A veces nos “entre-tenemos”, es un tiempo de “mientras tanto” no ocurre nada especial… “matamos el tiempo”… es una expresión asociada al aburrimiento y a una actitud reactiva. Las personas proactivas difícilmente quieren matar el tiempo, para ellas, cualquier momento es para vivirlo, para aprovecharlo como una oportunidad de cambio, de logro, de creatividad, de desarrollo…

Un factor clave a la hora de percibir “que estamos perdiendo el tiempo” está vinculado a nuestra actitud. Que esa u otra acción sea una “inversión” o sea una “pérdida de tiempo” tiene que ver con nuestra actitud. Cambiar mi actitud será esencial para no seguir “perdiendo el tiempo”.

¿Cómo has empleado tu tiempo hoy? ¿Te sientes satisfecho? ¿Qué has priorizado? ¿Cuál ha sido tu actitud? ¿Has priorizado las relaciones o las tareas? ¿Has priorizado perder el tiempo o afrontar ese tema importante?

Cuando somos conscientes de cómo vivir nuestro tiempo, descubrimos que hay otras maneras de estar, costumbres de las que podemos prescindir y nuevos hábitos que podemos desarrollar, como por ejemplo, una actitud más positiva. Desde la reflexión y la toma de conciencia podemos cuestionarnos lo que realmente es importante para nosotros. Una pregunta que a mi me sirve es “¿lo que voy a hacer a continuación me acerca o me aleja de mis objetivos? Sean estos un cambio de actitud, presentar una propuesta de trabajo, mejorar mi relación con mi pareja, apoyar a mis colaboradores, acercarme a mis hijos, ser aquella persona amable y colaboradora que siempre he querido ser, superar mis miedos y mis prejuicios…La decisión está en mis manos.

No volver a perder el tiempo está en mis manos ¿cómo? Con una actitud más positiva, priorizando lo importante y conectando con valores que den sentido a cada momento de mi vida.
*(Desconozco el nombre del autor, si alguien lo sabe agradeceré que me lo indiquéis)