En estos días navideños me he acercado a las playas de Barcelona, el motivo es que se ha empezado a mover el mar, olas! Se han hecho de rogar, pero por fin han aparecido. No son nada del otro mundo, nada que no haya visto ya, pero créanme cuando les digo que me he puesto muy contento; primero porque hacía tiempo que no veía tan preciado tesoro y segundo porque he aprovechado que tengo tiempo libre para poder surfear. Ayer pase la tarde en la Barceloneta, la playa de la ciudad por excelencia ya que está situada al final de la Vía Laietana, una de las arterias principales de la capital. Había bastante gente en el agua pero conseguí hacerme con olas de la series, pero la verdad es que no llevaban nada de fuerza, eran bastante pomposas, parecidas a las que genera el viejo Martíanez en el Puerto de la Cruz. Hoy surfee en otro spot, este de mejor calidad, una orillera potente situada al final de la avenida Diagonal, se llama playa de Levante, recomendada por Tony Araya, bodyboarder que lleva unos años viviendo por estas tierras. Aquí también había bastante gente, sobretodo surferos aprendiendo, aquí parece que no les gusta mucho el bodyboard o no lo ven tan atractivo como lo vemos nosotros, tal vez sea porque las olas son fofillas y van mejor para la tabla. Aunque pude disfrutar de orilleras bastante potentes para el tamaño que había, eso sí, hacía frío, mucho frío y yo con mi 2/2 no duré más de una hora. Parece que este invierno promete en Cataluña, yo intentaré probar todas las olas que el Mediterráneo me deje, !Bodyboard or die!.